Para gustos los colores… y los vinos. Existen infinitos tipos de comidas, alimentos y formas de prepararlos y comerlos, pasa lo mismo con los vinos. En la actualidad encontramos una gran variedad de vinos, perfectos para acompañar cualquier comida.
Cada día nacen nuevos vinos y nuevas variedades, hoy nos paramos y analizamos los mejores vinos tintos para comer.
Combinar de forma adecuada los vinos con las comidas se considera un arte. Lograr la armonía de sabores a través de un maridaje correcto puede potenciar el sabor de una comida o surgir el efecto contrario, arruinándola.
La clave para encontrar los mejores vinos tintos para comer es lograr un equilibrio de sabores, aromas y texturas entre comida y vino.
Partiendo de la referencia que asocia a las ensaladas y pescados con el vino blanco, nos centramos en las carnes, los entrantes y postres que combinan la intensidad del vino tinto con las cualidades propias de cada plato.
Los mejores vinos tintos para comer.
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Entrantes y aperitivos
Para los entrantes y aperitivos elaborados con embutidos y pequeños bocados de carne, lo correcto es elegir un vino tinto ligero como el Pinot Noir o un tinto joven de garnacha.
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Legumbres y guisos de cuchara
Para acentuar la potencia de los guisos y maridar platos de cuchara, legumbres o cocidos, la elección más acertada será un vino tinto con toques frutales. Los vinos elaborados con Cabernet Sauvignon, son una muy buena opción, tienen una estructura elegante y unos densos taninos.
Los guisos de arroz que contengan la carne como elemento principal y también los que incluyen verduras, maridan a la perfección con vinos de variedades de garnacha, una propuesta atrevida e interesante, con cuerpo y poca acidez.
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Carnes rojas
Que las carnes rojas maridan a la perfección con vino tinto no es ninguna novedad. Lo mejor para esta variedad de carnes son los vinos tintos potentes, como los de uva garnacha o el cariñena, que encajan a la perfección con estofados o carnes guisadas. En cambio, para carnes cocinadas a la parrilla, acompañan mejor vinos como los de DO Rioja, el Malbec o un Cabernet Franc.
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Carnes blancas
No todas las carnes maridan con el mismo vino tinto. Las carnes blancas y las aves combinarán mejor con un tipo u otro en función de su preparación, su guarnición o la salsa que les acompaña. Para carnes de pavo o pollo sin salsas, confinan mejor vinos blancos. Pero para carnes que lleven guarniciones más fuertes y elaboradas, lo más correcto será elegir un vino tinto joven pero potente a su vez.
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Postres
El momento final de la comida también tiene que ir acompañado con un buen vino. Si el postre es fruta o contiene fuertes toques afrutados, la elección más adecuada sería un vino dulce como el moscatel o el Riesling alemán. Pero si el postre es potente y lleva grandes cantidades de dulce o chocolate su maridaje perfecto será un vino tinto fuerte como un Toro o un Tierra de Barros.
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Si lo tuyo es el vino tinto pero no puedes disponer de muchas variedades de clases y botellas, también podrás optar por variedades que te ayudarán a destacar la mayoría de tus platos. Un tinto joven, y sin crianza irá bien con embutidos, legumbres, guisos de cuchara y carnes. Además también podrás utilizarlos para acompañar algunos quesos aromáticos.
Al contrario de lo que decíamos al principio, el pescado no siempre tiene que maridarse con vinos blancos. Hay pescados como el salmón, el bonito, el bacalao o el atún que combinan a la perfección con tintos jóvenes y de maceración carbónica.
Gracias a la riqueza de los viñedos hoy en día podemos disfrutar de los mejores vinos tintos como acompañamiento perfecto a cada plato. Si tienes en cuenta nuestras recomendaciones, acertarás seguro con el maridaje de tus menús. Aún así, recuerda que el vino es una bebida muy personal y que los gustos individuales influyen mucho en el proceso de selección.